"Hay una experiencia extrema en la vida que todos estamos buscando, un estado de fluidez en donde todas las cosas simplemente tienen sentido y se perciben correctas. Alcanzamos este estado al pensar en los demás primero y al crear una apertura para que la Luz sin fin, la fuente de todo lo bueno, entre.Pero cuando sólo pensamos en nosotros mismos, ponemos un final a este fluir.Hoy escribe una lista de cinco personas que te importen. Ponla en tu bolsillo, pégala a tu computador, ponla en el refrigerador, tenla cerca. Cada vez que te descubras a ti mismo obsesionándote acerca de ti mismo, mira la lista, y piensa en esas personas. "Envíales energía", lo que quiere decir, imagínalos rodeados de Luz, recibiendo la salud y la sabiduría que se merecen. Considera esto tu conexión con la Luz infinita."
miércoles, 13 de febrero de 2008
SABIOS CONSEJOS
"Hay una experiencia extrema en la vida que todos estamos buscando, un estado de fluidez en donde todas las cosas simplemente tienen sentido y se perciben correctas. Alcanzamos este estado al pensar en los demás primero y al crear una apertura para que la Luz sin fin, la fuente de todo lo bueno, entre.Pero cuando sólo pensamos en nosotros mismos, ponemos un final a este fluir.Hoy escribe una lista de cinco personas que te importen. Ponla en tu bolsillo, pégala a tu computador, ponla en el refrigerador, tenla cerca. Cada vez que te descubras a ti mismo obsesionándote acerca de ti mismo, mira la lista, y piensa en esas personas. "Envíales energía", lo que quiere decir, imagínalos rodeados de Luz, recibiendo la salud y la sabiduría que se merecen. Considera esto tu conexión con la Luz infinita."
viernes, 1 de febrero de 2008
La clave de la felicidad
La Cábala nos explica el proceso para lograr la felicidad, de la manera siguiente: primero, deseamos algo y nos esforzamos por obtenerlo. En el momento que conseguimos lo que anhelábamos, nos invade una sensación de placer, alegría y deleite. En términos cabalísticos, el primer encuentro entre cualquier deseo y su satisfacción es el punto máximo del placer.
Es decir, tan pronto logramos lo que queremos, el deseo se va desvaneciendo. En pocas palabras, ya no sentimos el deseo por lo que hayamos conseguido, y como resultado, el placer se va esfumando hasta desaparecer por completo.
Por ejemplo, has sentido tanta hambre que crees que podrías comerte un trozo de filete grueso y jugoso, tú solo, sin convidar a nadie (los vegetarianos pueden pensar en un enorme plato de verduras). Pero, ¿qué pasa cuando empiezas a comer?
La primera probada es un éxtasis y la siguiente es maravillosa. La que le sigue es buena y luego, pues, sí, está bien. Sin embargo, después va disminuyendo su importancia, hasta que acabas diciendo: ``Ni un bocado más, voy a reventar”''.
Esto se aplica a todo, no sólo a la comida. Podemos pasarnos años soñando con el auto deportivo. Pero cuando al fin lo tenemos, aunque por unos momentos o días sintamos una emoción inmensa, descubrimos que poco a poco lo vamos disfrutando menos. Hasta que al final, cada vez que lo conducimos, sólo pensamos en la gigantesca deuda que hemos adquirido, y en el hecho que habrá que pagarla en los próximos tres años.
El profesor de Economía Richard Easterlin, de la Universidad del Sur de California, uno de los pioneros en la investigación de la felicidad, llama a este fenómeno adaptación hedonista”, que significa: compro un auto nuevo y me acostumbro a él; adquiero un nuevo guardarropa e igualmente me acostumbro''. Rápidamente nos adaptamos al placer que recibimos”
Pero, este no puede ser el final de la historia. Después de todo, al describir estos acontecimientos, vemos que todos nosotros anhelamos encontrar el placer duradero. ¿Es posible que la Naturaleza nos haya colocado en este círculo vicioso en el que siempre seremos desgraciados? ¿Será la felicidad tan sólo un cuento de hadas que nunca se va a convertir en realidad?
La fórmula (secreta) de la felicidad
Afortunadamente, la Cábala nos explica que la naturaleza no es cruel; que de hecho, su único deseo es darnos la felicidad que tanto buscamos. Si nuestra aspiración a ser felices no fuera destinada a ser realizada, no habríamos sido creados con ella. El propósito de la naturaleza es dejar que logremos alcanzar, de manera independiente, una sensación de total y completa felicidad, no parcial o temporal, sino absoluta, perfecta y eterna.
Y en realidad, estamos más cerca de alcanzarla de lo que pensamos. De hecho, la reciente tendencia por investigar la felicidad y la creciente comprensión de que siempre permanecemos insatisfechos nos han permitido efectivamente acercarnos a la verdadera felicidad. Estamos comenzando a reconocer el patrón: la felicidad no depende de qué cantidad de dinero ganamos o qué tan bien funciona nuestro matrimonio. De hecho, no tiene relación alguna con cualquier placer terrenal que tratemos de recibir, sino con nuestra condición interna. Estamos empezando a descubrir el hecho fundamental que la felicidad puede ser lograda sólo si utilizamos un principio distinto de gozo.
La Cábala nos ayuda a resolver el problema de la felicidad desde su raíz. Ya hemos explicado la razón por la que nunca experimentamos placer duradero: el encuentro del placer con el deseo neutraliza de inmediato el deseo, y éste al ser neutralizado, nos impide disfrutar del placer.
Así que el secreto de la felicidad, nos explica la Cábala, es agregar otro ingrediente a este proceso: la intención”. Esto significa que continuamos deseando como antes, sólo que le damos un nuevo giro al deseo: lo dirigimos hacia fuera de nosotros, como si estuviéramos dando a otro. En otras palabras, esta intención de otorgamiento, convierte a nuestro deseo en un conductor del placer.
Si elevamos nuestro deseo al plano espiritual, en función de dar, el placer que sentimos nunca va a parar; continuará fluyendo a través de nuestro deseo siguiendo nuestra intención. Y nuestro deseo podrá seguir recibiendo continuamente sin nunca llegar a saciarse.
Y esa es la fórmula para el placer interminable o la felicidad duradera. Cuando uno aplica esta fórmula, pasa en realidad por una transición muy profunda, y empieza a sentir diferentes tipos de placer. La Cábala los llama espirituales” y justamente son eternos.
La verdadera felicidad se encuentra a la vuelta de la esquina, esperando a que aprendamos cómo experimentarla, cómo agregar la intención a nuestro deseo. Al estudiar la Cábala adquirimos esta nueva intención espiritual de manera natural y empezamos a recibir conforme al deseo de la Naturaleza, o sea, plenamente. Y es por esto que Cábala” significa recibir”, en hebreo, ya que es la sabiduría que justamente nos enseña cómo recibir el placer duradero.
* Lección del rabino Dr. Michael Laitman, máster en cibernética, doctor en filosofía y Cábala, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en www.kabbalah.info y www.kab.tv/spa.