lunes, 30 de junio de 2008

LA ENVIDIA

Los kabbalistas distinguen dos tipos de envidia.
El primer tipo es el que todos conocemos, queramos o no admitirlo. Es el pinchazo que sentimos en nuestros corazones cuando nuestro amigo consigue lo que quería. Es esa parte de nosotros que dice: "¿Por qué él y no yo?".
Este es el peor tipo de envidia que podemos llegar a sentir.
Cuando ponemos en tela de juicio por qué otra persona ha obtenido algo en lugar de nosotros, estamos perdidos. ¿Por qué? Porque cuando discutimos por qué nuestro amigo ha recibido algo, nos estamos desconectando de él.
Creamos separación. ¿Qué sucede en el momento en que creamos separación de nuestro amigo? Creamos una separación entre nosotros y la Luz. La Luz que es, por supuesto, el mejor amigo, el más fiable y el más amoroso que nunca hayamos tenido.
No sólo no tenemos lo que queremos, sino que tampoco estamos felices con nuestro amigo; hemos creado un muro entre nosotros y él; y, por consiguiente, entre nosotros y la Luz. Esto evita que obtengamos lo que deseamos.
Es un círculo vicioso del que no se obtiene nada bueno.
¿Qué debe hacerse?
Los kabbalistas explican que hay un tipo de envidia que es muy positivo. Es la voz que nos dice: "¡Me siento muy feliz por mi amigo, me alegra que haya conseguido aquello! ¡Ya sabes a qué me refiero; yo también lo quiero ! ¡Me sentiría feliz de trabajar por aquello!".
El primer tipo de envidia emana puramente del reino del ego y la separación. El segundo es motivador, y nos da el poder para trabajar con la ley de causa y efecto. Nos muestra que la razón por la cual queremos lo que nuestro amigo tiene es porque él fue enviado a nuestra vida para hacernos querer aquello que tiene, ¡para mostrarnos que nosotros también podemos tenerlo!
Por supuesto, tenemos que trabajar por ello, pero cuando perseguimos nuestro sueño, no puede haber una conciencia de carencia.
De hecho, muchos de nosotros llevamos el Hilo Rojo para que nos proteja del mal de ojo, pero ¿sabemos de dónde proviene el mal de ojo y cuáles son sus efectos? El mal de ojo es la conciencia de carencia. Es el pensamiento automático que se activa en el instante en que envidiamos a alguien: "¿Por qué no tengo yo eso? Ellos no lo merecen, ¡yo sí!".
Espiritualmente, esto equivale a robar energía de otra persona.
Esta semana, encuentra aquellas cosas que envidias. Date cuenta de que la razón por la cual estás viendo estas cosas ¡es para mostrarte que tú también puedes tenerlas!
La próxima vez que sientas envidia, cambia a positivo.

2 comentarios:

alisa dijo...

genial!!! esto si que me ayuda!!! gracias muchas gracias!!!

milagros dijo...

a mi tambien me ayuda mucho , gracias me puso el panorama muy claro,mil graciassss!!!