sábado, 19 de julio de 2008

SABIOS CONSEJOS DE YEHUDÁ.

"Un pequeño hoyo en el cuerpo es el resultado de un gran hoyo en el alma" -Kotzker Rebe.

Este estimado Kabbalista del siglo XVIII, conocido por su penetrante sabiduría, nos ofrece una importante lección. El enojo, la depresión, el lamentarse, la venganza -y todas las formas de emoción negativa- son agujeros en el alma que crean agujeros (enfermedades) en el cuerpo.
Tal como los kabbalistas han estado enseñando durante 5.000 años, todo aquello que se manifiesta en nuestro cuerpo físico es una rama, no la raíz. Si queremos tratar y prevenir la enfermedad, debemos trabajar a nivel de la causa que, según afirma la Kabbalah, reside entre nuestras dos orejas.
Lo que ocurre en nuestra mente es lo que ocurre en nuestro cuerpo.
Recuerda las reglas espirituales del juego de la vida que mencioné en El Poder de la Kabbalah: la fuente de todo caos en nuestra vida está causada por nuestros pensamientos y comportamientos reactivos. Si tenemos una enfermedad, no podemos pensar que algo está mal en nuestro cuerpo. Tenemos que saber que empezó con nuestros pensamientos y actos negativos.
Si no nos damos cuenta de que nosotros somos la causa, no hay forma de sanar nuestra vida.
Uno de mis estudiantes se encuentra librando una batalla contra el cáncer en este momento. El doctor le dice que es una forma de cáncer mortal con la que sólo se ha encontrado dos veces en su carrera. Al ser una persona espiritual, mi estudiante ha llegado a la conclusión de que llegado a este punto tiene dos opciones: la amargura o la gratitud. Con toda su voluntad, está eligiendo la gratitud. No está dejando que la negatividad invada su mente. Está manteniendo una imagen mental positiva .
Y aunque todavía no está fuera de peligro, su médico está asombrado por lo rápido que se está recuperando.
El Zóhar enseña que cuando luchas contra los fragmentos negativos que corren por tu mente, la Luz viene para ayudarte. Pero tienes que luchar. ¿Y qué significa luchar? Significa que cuando te sientes terriblemente desesperado o perdido, gritas a la Luz: "¡Luz, por favor ayúdame! ¡No quiero sentirme negativo hoy! ¡No quiero estar deprimido hoy! ¡No quiero culpar hoy a los demás!".
Recuerda que estamos en guerra contra nuestras dudas. De nuevo, todo esto se encuentra en El Poder de la Kabbalah. Si solamente aceptamos los pensamientos que surgen en nuestra mente, estamos condenados a fallar. Debemos contrarestar continuamente nuestros pensamientos automáticos negativos con pensamientos positivos, así como con nuestras peticiones al Creador.
Dios ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos.
Además, hay herramientas metafísicas que nos brindan el combustible para llevar a cabo la sanación interna que terminará en una sanación física. El estudio del Zóhar, la visualización de los 72 Nombres de Dios, la meditación del Aná Bejóaj, el Tikún Hanéfesh. Y tienes que utilizar estas herramientas con entusiasmo, sabiendo que no hay otra alternativa que convertir tu pensamiento.

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